martes, 4 de noviembre de 2014

Más allá de la orientación laboral - Firma invitada

La orientación es el proceso de ayuda técnica y profesional que se le ofrece a la persona para resolver sus dudas, ya sea en materia académica, laboral o personal.

Sólo una buena planificación asegurará el éxito en la elección, ya sea vocacional, académica, ocupacional, laboral o personal.



Si nuestra vida de estudiantes es un programa extenso de actividades que nos llevan a la planificación de un proyecto profesional para la obtención posterior de un puesto de trabajo, deberemos con la persona orientadora, no sólo evaluar nuestros atributos personales, sino también los del mercado actual de empleo. Habremos de ser conscientes de la necesidad de tomar decisiones sobre nuestro futuro y por consiguiente, tendremos que ejecutar acciones que nos permitan prepararnos para la entrada al trabajo.


Más tarde, ya en el puesto de trabajo, necesitaremos demostrar nuestra habilidad para funcionar efectivamente en una organización (empresa). Para ello, los servicios de orientación podrán asesorarnos, bien en servicios personales o en programas colectivos, a ser conscientes de las responsabilidades que conlleva la posición y la necesidad de demostrar un rendimiento satisfactorio en dicho puesto. Nos ayudarán a explorar planes profesionales y a marcar metas profesionales, lo que podemos llamar diseño de carrera. Todo ello nos ayudará no sólo al progreso personal, sino de trabajo, la orientación será de ayuda en el establecimiento laboral y, si fuera necesario, en la reinserción en otras ocupaciones, si nuestro itinerario personal difiere de la actividad actual.


La persona, ya establecida, pasa irrevocablemente por un estadio de mantenimiento, o sea, de conseguir un adecuado y constante nivel de funcionamiento en la organización (empresa). Para ello, la persona debe realizar autoevaluaciones constantes y planes de mantenimiento que le lleven a la protección y ampliación de sus habilidades y destrezas adquiridas, a la adaptación a cambios y eventos, personales y de la organización. Algunas veces, en estos estadios también se requiere de la ayuda y consejo -la orientación- para clarificar y diseñar planes de acción personales.

Así la orientación se convierte en un servicio de ayuda a lo largo del ciclo vital de la persona, donde no necesariamente deberá socorrer en todas las transiciones pero sí en todos los momentos en que se necesite. Por ello, los profesionales de la orientación deben diseñar la intervención a partir del elementos clave: las necesidades de la persona.

La orientación, siempre será una puerta abierta, un consejo, una visión objetiva de la persona orientada, un advertimiento de lo que creen unos expertos sobre lo que puede hacer y de aquello que, si lo hace, le será mucho más costoso en cuanto a dedicación y esfuerzo.

El servicio de orientación dará los instrumentos y explicará cómo aplicarlos, enseñará a tomar decisiones... pero, el paso último: la decisión, dependerá del usuario; pues ha de ser él quien diseñe su futuro. Al fin, sólo él será el responsable de su éxito, y por ello debe valorar sus riesgos.




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